La prevención de riesgos laborales en el entorno actual de crisis económica
Al igual que en España, Puerto Rico atraviesa una crisis económica. Por cuanto, considere apropiado publicar en el blog el artículo de referencia. Les invito a realizar una introspección sobre los asuntos de seguridad y salud ante esta crisis económica en beneficio del empleado puertorriqueño. Disfruten del artículo.
El entorno actual de crisis económica está afectando de forma global al tejido empresarial independientemente de su tamaño: autónomos, micro-empresas, Pymes y grandes empresas, con mayor o menor fuerza dependiendo de su sector económico y de las condiciones particulares de cada empresa. Es razonable pensar que esta importante variable modula cualquier actividad que se realiza a nivel empresarial y la prevención de riesgos laborales, como parte fundamental e integrada en la gestión del día a día, no queda exenta de dicha circunstancia.
Aunque la pérdida de trabajo es la consecuencia más negativa de la crisis, la situación por la que atraviesa la economía mundial puede tener otros muchos efectos negativos respecto al mercado laboral. Según los resultados de una encuesta publicada por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, los ciudadanos españoles muestran una preocupación generalizada por las consecuencias que la crisis económica pueda tener sobre la seguridad y la salud en el trabajo, y temen que ponga en peligro las mejoras alcanzadas durante los últimos años en dicha materia.
Seis de cada diez españoles piensa que la crisis mundial deteriorará las condiciones de trabajo, especialmente en lo que se refiere a seguridad y salud. Asimismo una mayoría significativa de los encuestados cree que la falta de salud que puedan padecer es fruto, hasta cierto punto, del trabajo que realizan.
Estamos en entornos no optimistas, tanto en lo referente a los números de la economía como a los datos de siniestralidad laboral de nuestro país, pero no sería justo dejar de resaltar la mejora de la condiciones de trabajo que se han ido produciendo de forma paulatina en las últimas décadas, en la mayoría de los sectores económicos. Los importantes avances tecnológicos junto con la rápida globalización han sido el motor fundamental de dichos cambios.
Pero al mismo tiempo muchos trabajadores están expuestos a “nuevos” riesgos generados por las características cambiantes del trabajo debido, por ejemplo, a las condiciones derivadas del empleo precario, la reestructuración de la organización del trabajo, los recortes de plantilla, la contratación externa o a la creciente presión para satisfacer las exigencias de la vida laboral.
Los perfiles de edad de la fuerza de trabajo también están cambiando, al igual que el equilibrio de género en muchos lugares de trabajo. Estos cambios han creado riesgos manifiestos, que eran menos evidentes anteriormente, y por tanto el camino a recorrer sigue siendo largo y no exento de dificultades. La crisis financiera puede llevar a las compañías a tener que emprender políticas de reducción de costes y se lleguen a plantear la prevención como un gasto, burocrático en su conjunto, que poder recortar al máximo. Es una premisa errónea con consecuencias negativas inmediatas a corto y medio plazo que pueden llegar a afectar directamente a la viabilidad de la empresa.
A medida que aumentan las cifras de desempleados, es inevitable, que las personas tienden a preocuparse más por la estabilidad de su empleo en un futuro inmediato, que por la seguridad y la salud de sus condiciones de trabajo.
Nuestro reto, como profesionales de la prevención de riesgos laborales, pasa por convencer tanto a los empresarios como a los trabajadores de que no tiene sentido economizar a corto plazo, si el precio es incrementar los problemas a largo plazo, a parte de la exigencias legales y más que posibles sanciones por su incumplimiento. Nos debe acompañar en este camino un lema certero: “cuanto más saludables son los puestos de trabajo, más productivos son”.
Dejando a un lado -sólo para el análisis- el plano ético, básico en toda sociedad que quiera considerarse avanzada y que debe velar siempre para que el trabajo no pueda representar ningún perjuicio a los trabajadores, el “coste” de no implantar la prevención de riesgos laborales es muy elevado. Resulta conveniente ponderar el coste de la implantación de la prevención de riesgos en nuestras empresas frente al coste real de la no prevención y el coste económico, administrativo, legal y penal de las sanciones que de su incumplimiento podrían derivarse.
Al realizar esta ponderación veremos que el ahorro de costes real lo obtendremos al hacer una adecuada selección de los recursos y acciones a realizar para integrar la prevención como una actividad más de la empresa, que nos permita ganar en eficiencia y productividad. Los accidentes, aunque sean leves, llevan asociados costes ocultos importantes: parar el servicio, restablecer lo que haya podido quedar dañado por el accidente, baja del trabajador accidentado si las consecuencias han sido reseñables, absentismo laboral que implica pagar horas extras o buscar sustitución de personal para no parar la producción o servicio, posibles sanciones si existe incumplimiento, etc. Estos costes ocultos se disparan si el accidente es grave o si se repiten con frecuencia accidentes o incidentes en el quehacer diario de la empresa.
Por todo ello, y más en este momento de profunda crisis económica, la selección de los recursos adecuados y la modalidad organizativa escogida en materia de prevención por la empresa se convierte en un punto básico. El equilibrio entre los objetivos concretos y el coste ha de ser la base de la selección de la modalidad: asunción por parte del empresario, trabajadores designados, contratación servicio de prevención ajena (consultores privados en PR) o servicio de prevención propio.
La prevención de riesgos laborales pasa a ser una condición para la eficacia y la supervivencia de las empresas; por ello debe ser asumida y ejecutada con el mismo interés que cualquier otra función empresarial. Pero además, puesto que lo que está en juego es la seguridad y salud de los trabajadores, es también una obligación inexcusable de todas las empresas ante la Ley.
Recuperado de http://www.prevention-world.com/ el 11/13/2010 - Revista Prevention World Magazine nº 33
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