Acerca del Trabajo y la Salud Un crimen silencioso contra los trabajadores

El trabajo es la actividad básica y exclusiva del hombre por medio de la cual se relaciona con la naturaleza a la cual transforma y al mismo tiempo se transforma a si mismo. Siendo un hecho eminentemente social ha sufrido cambios correspondientes al desarrollo histórico de la sociedad en su conjunto, hoy día es uno de los mayores dramas de la sociedad, por la forma en que se realiza, por su ausencia o por los cambios que en él se producen.

Esto tiene sus causas; la transformación de la actividad, como dijimos básica y exclusiva del hombre, en una mercancía. Los trabajadores debemos vender o alquilar nuestra fuerza de trabajo física e intelectual al propietario de los medios de producción y en consecuencia, para obtener los medios para nuestra sobre vivencia y de nuestras familias nos enfrentamos a condiciones que pueden alterar, disminuir o hacernos perder nuestro estado de salud. Bueno es recordar que Trabajo y Salud son dos Derechos Humanos fundamentales reconocidos como tales por la carta de la Naciones Unidas.

No parece racional que, por ejercer un derecho se pierda o menoscabe el otro. Desde hace años a nivel mundial y particularmente en nuestra América Latina hemos sufrido la profundización y aceleración de un modelo socio económico que implica, libertad absoluta para el capital a costa de la cantidad y calidad del trabajo. Libertad que se busca obtener por la vía del desguazamiento de la normativa e institucionalidad protectora de los trabajadores y el desconocimiento y persecución de las organizaciones sindicales.

Para el modelo de sociedad que se quiere imponer es necesario sacrificar todo en busca de competitividad a partir de aumentar la productividad, aumento que solo se busca como reducción de los costos de producción. Los derechos y especialmente la protección de la Salud de los Trabajadores son costos que se deben reducir.

Todos los cambios políticos expresados en las elecciones democráticas en nuestros países, han tenido como uno de sus ejes, la expresión de que es necesario cambiar este modelo de sociedad. Con distinta intensidad de acuerdo a las particularidades de cada país, todos los gobiernos electos han marcado en sus políticas ese cambio, lo cual es muy importante, ya que reconocer el problema y plantearse actuar contra él es un buen, y gran, primer paso.
Esto se manifiesta a nivel mundial, en la medida que continúa el avance de una concepción de la sociedad que privilegia la “lógica del mercado”, el “mercado regulador”, la acción de los actores privados, etc. Solemos olvidar con frecuencia las palabras del premio Nóbel de economía M. Friedmann “el único objetivo social de las empresas es aumentar sus beneficios”, lo demás es operativo a ese objetivo.

Algunas cifras nos permiten apreciar la escasa visibilidad que tiene esto que decimos.
De acuerdo al informe al XVI Congreso Mundial de Salud y Seguridad en el Trabajo presentado por OIT en 2003, 2.000.000 de trabajadores y trabajadoras mueren por año a consecuencia de accidentes y afecciones provocadas por el trabajo, si lo comparamos con otros casos tomamos conciencia de la importancia de estas cifras.

En el transcurso del año 2000, de acuerdo a OMS, 1.000.000 de personas murieron a consecuencia de accidentes de tránsito, por guerras 562.000, por VIH (SIDA) 320.000. Los datos que maneja OIT se refieren a los muertos registrados y notificados, considera que por cada muerte notificada cinco no lo son. Por año 300.000.000 de trabajadores sufren un accidente de trabajo, no se sabe cuantos millones de trabajadores adquieren enfermedades en sus trabajos, (de acuerdo a estudios académicos existe una relación de 1 a 5 – 7 entre muertes por accidentes de trabajo y muertes por enfermedades a consecuencia del trabajo).
Una realidad dramática que se expresa en una sencilla conclusión, cuando se trabaja se lo hace de cualquier forma y en cualquier condición.

Prima la lógica del mercado en desmedro del cumplimiento por parte de los empresarios de sus obligaciones, las cuales no son controladas adecuadamente por quién constitucionalmente debe hacerlo, esto no es casualidad obedece a una lógica perversa e intencionada, la obtención de beneficios cueste lo que cueste. Muchas veces nos dicen que es necesario hacer ésto o aquello ya que la economía necesita crecer, etc., etc.

Veámoslo desde la perspectiva económica, aunque no sea posible cuantificar el monto económico del sufrimiento humano implícito en cada accidente de trabajo o en cada enfermedad contraída en el trabajo. No solo para perturbar esas conciencias que solo se conmueven ante las sumas y las restas, también debemos verlo desde la perspectiva de sociedades empobrecidas, que deben cuidar sus escasos recursos.
De acuerdo a la OIT: “Los costos económicos conexos derivados de indemnizaciones, de la pérdida de tiempo de trabajo, de la interrupción de la producción, de gastos de formación, médicos y similares, representan generalmente, según las estimaciones un 4 % del PBI global anual...”

(OIT- La Seguridad en Cifras. Ginebra 2003)
A la luz de estas cifras me vienen a la cabeza las palabras con las cuales Cicerón comenzaba todas sus alocuciones en el senado de la antigua roma ¿Cui Bono? ¿Quien se beneficia? Sin duda algunos, pero no la sociedad, es bueno recordar que los trabajadores no solo ponemos nuestro trabajo para nuestra sobrevivencia sino para el beneficio de toda la sociedad.
Este crimen silencioso que se comete contra los trabajadores no es obra de la casualidad, ni es accidental, esencialmente obedece a la forma como nos organizamos para transformar la naturaleza.

Obedece a la forma cómo se organiza el trabajo, los riesgos del mismo no son, ni castigo divino ni obra de la fortuna, son consecuencia de decisiones que se toman al definirlo, decisiones técnicas, en las cuales casi nunca intervenimos los trabajadores, pese a la existencia de Convenios Internacionales del Trabajo como el 155 de OIT que muchos de nuestros países están obligados a cumplir.
Thomas Dunning citado por Marx (El Capital Tomo 1) poniendo el eje en el sentido moral y social del capital decía:
“El capital se vuelve audaz si la ganancia es adecuada, con el 10% asegurado se le puede colocar por doquier, con el 20% se torna vivaz, con el 50% positivamente temerario, por un 100% pisotea todas las leyes humanas y por un 300% no existe ya crimen al que no se arriesgue, aún bajo el peligro del patíbulo.”

Ejemplos tenemos: el contrabando, la esclavitud, las bancas más grandes del mundo se edificaron en base al tráfico de esclavos. Los más grandes emporios químicos alemanes del mundo se consolidaron sobre la base del trabajo de los extranjeros (untersmenchen) sub- hombres, bajo el nazismo, las actuales devastaciones de países para apoderarse del control del petróleo, etc., etc.

A veces intentamos, desde una perspectiva técnica, buscar cuales o tales soluciones a un problema que se nos plantea, si utilizamos la herramienta Árbol de Causas y buscamos la raíz del problema a conciencia, no podemos dejar de reflexionar sobre esto que sostenemos.
La técnica no es neutral ya que es la aplicación de la ciencia a una realidad histórica social concreta.

“La preocupación por el hombre y su futuro debe constituir siempre la base principal de todos los esfuerzos técnicos, la preocupación por los grandes problemas de la organización del trabajo y la distribución de bienes que están aún por resolver, a fin de que las creaciones de nuestra mente sean una bendición y no una maldición para la humanidad. No olvidéis esto nunca en medio de vuestros diagramas y ecuaciones”
Albert Einstein.


Walter Migliónico Caino
Técnico Prevencionista en Seguridad e Higiene del Trabajo
Departamento de Salud Laboral y Medio Ambiente
PIT-CNT
REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
walmig@adinet.com.uy

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